Hasta ahora, los que vivimos en Madrid podíamos decir que teníamos la legislación más libre y menos intrusiva para la contención del coronavirus. Sin embargo, ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, nos sorprendió con medidas totalitarias y represivas que dejan atrás a las implementadas por muchas comunidades autónomas gobernadas por la izquierda o los nazionalistas. Madrid era la única región de la España peninsular donde la mascarilla no era obligatoria si se podía garantizar la distancia de seguridad, es decir, si estabas en un parque sin nadie más en 10 metros (o más) a la redonda no necesitabas llevar bozal. Aquí en Madrid la gente ya se ponía la mascarilla para salir a la calle, sin que tuviera que obligarle nadie, porque aquí hemos visto colapsar las UCI’s (mientras Doña Pixi-y-Dixi se iba a la Ruber con el dinero de todos) y hemos vivido lo peor de la pandemia. Pero las envidias de otras regiones (porque para esto sirven las autonomías, para dividir y enfrentar a los españoles por territorios) y la presión ejercida por sus gobernantes ha surtido efecto y ahora nos vamos a tener que poner el bozal en todas partes.
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